La depresión se manifiesta de forma diferente en función del individuo, pero se afirma que es común tener dificultad para concentrarse o tomar decisiones, fatiga, sentimientos de inutilidad, culpabilidad y desesperanza, pérdida de interés en actividades que antes eran atractivas e ideas suicidas. Los síntomas pueden durar desde unos pocos meses hasta años. Si no se trata, la depresión puede llevar al suicidio.
Se advierte que aunque la depresión es común en adolescentes, si los síntomas persisten durante un período de tiempo significativo, es probable que los adolescentes sufran depresión adolescente. Se estima que la depresión afecta a uno de cada ocho adolescentes. También puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos o enfermedades.
Busque tratamiento cuando la depresión comience a interferir con la vida cotidiana y no se presente ninguna solución a la causa raíz. Se distingue entre sentimientos de depresión y depresión clínica; este último está acompañado no solo por sentimientos de tristeza, sino por síntomas físicos, como cambios en el sueño, la energía, el apetito y la concentración.
Al diagnosticar la depresión, los médicos a menudo comienzan buscando un historial familiar de depresión, enfermedad mental y abuso de drogas o alcohol. Los síntomas pueden variar drásticamente de individuo a individuo, evitando que los médicos empleen cualquier prueba de depresión. Si se descartan las causas físicas, los médicos envían a los pacientes a un profesional de la salud mental que puede determinar el tratamiento.